El irrevocable camino que tomaron las cosas
Algo se apagó en algún momento, quizás cuando ese papel tocó tu lengua y cerraste la carta. Hasta ahora, todavía no la abro. Hay fotos por todos lados, y unas luces que funcionan a medias. Hay bebidas blancas a las que se les evaporó el alcohol. Hay una calle que no piso hace mucho. Está por ahí, tirado, el mapa del irrevocable camino que tomaron las cosas. Las flechas luminosas que llevaron todo hacia donde tenía que ir, hacia donde yo quise que fuera. En realidad no me arrepiento. Sin embargo, todavía siento ese regusto en la garganta, algo muy amargo que me entumece la lengua. Después, el inevitable dulzor me hace sentir que todavía estoy viva. Cuando me despierto, he vuelto a morir. ¿Por qué la vida no puede ser siempre así de fácil? Es propio de nosotros querer volver el tiempo atrás. Es propio de mí sostener nostalgias insostenibles. Era propia de vos una verdad que, por dentro, detestaba.